El presente trabajo lo publicamos como un aporte, una herramienta que pretende ser innovadora dentro de las que se usan habitualmente en las comunidades terapéuticas.

Taller de Fútbol: una herramienta en la rehabilitación de adicciones.

Sabemos que el futbol es un deporte que por lo popular debe ser moneda corriente en todos los ámbitos del país; lo nuevo quizás se refiera a su utilización en psicoterapia comunitaria. Finalmente, queremos agregar que seguramente esta técnica (ojala este status sea el que se merece) tenga mucho para experimentar y desarrollarse.

Llamamos a esta actividad taller en alusión al trabajo. Es decir, la historia misma del sujeto participante “se pone a trabajar”, siendo las herramientas psicoterapéuticas el motor y el referente evolutivo. El futbol, en tanto deporte metido en la cultura cotidiana, y por ciertas características que enumeraremos, es la puerta de entrada que elegimos para “poner a trabajar” no al sujeto, sino a esa parte de sí que él mismo desconoce.Estas características son:

1) Es un juego en el cual la mayoría de la población de una CT puede participar.
2) Las reglas de este deporte tienen bastante semejanza, metáfora por medio, con las reglas sociales de uso cotidiano
3) La ley, impuesta en este caso por el réferi, está presente constantemente en el campo de acción (sabemos la problemática de la ley que el adicto actúa)
4) Las sanciones pueden ser leves o severas, pero en todas ellas hay una “puesta de límites”.
5) Es un deporte de conjunto, donde la solidaridad o el individualismo se ponen de manifiesto
6) Al ser un juego donde el ganar o perder ante, el desarrollo del mismo juego se parece mucho a la carrera hacia el éxito que tanto pregona este tipo de sociedad. En este caso, el gol convertido es metáfora de éxito y el recibido, de fracaso.

Todos estos elementos, al interactuar, servirán como evaluación para el terapeuta y como espejo para el residente. Espejo éste al que debemos nominar y resaltar para
que el residente perciba claramente, a modo de espectador de una escena, su protagonismo en la misma.
Modo de funcionamiento del taller

Para que éste sea eficaz debe conservar cierto encuadre, pues de no ser así sería simplemente un “partido de fútbol”, con todas las consecuencias que esto acarrearía para una CT.

Las fases que éste debería contener son:
1) Reunión de encuadre previa, donde quedan claros todos los lineamientos y límites que cada partido tendrá.
2) Partido de fútbol propiamente dicho.
3) Reunión posterior donde se analizará, ya desde el punto de vista psicoconductal, la performance de cada participante
4) Reunión del “tribunal de disciplina” donde se analizará y pondrá prenda a cada participante que haya transgredido las normas.

Es importante poner en claro que todas estas fases es imprescindibles y de no estar escalonadas y puestas funcionamiento será imposible continuar con el taller por otro lado, quiero aclarar que el punto 3 es esencial en este andamiaje, ya que es ahí donde el residente deberá tomar contacto con sus escenas conflictivas. Estas escenas deberán también ser asociadas con la historia del sujeto y con las consecuencias, no ya en el partido mismo sino en la vida que les ha acarreado. La pericia del terapeuta hará que esto sea algo fluido, y que la historia de uno resuene en el otro. Lo que si es de destacar es que de ningún modo el análisis debe quedar sólo en el aquí y ahora del partido, sino que debe hacer coincidir la conducta del partido correlacionada con su historia personal.

Reglamento del taller

1) El número de personas de cada equipo se determinará según la cancha.

2) Las acciones serán dirigidas por un operador y habrá un evaluador externo. La función de este segundo es fundamental, pues será quien devuelva al grupo sus
escenas individuales y colectivas

3) Ante cualquier acto grave: insulto y/o agresión al árbitro (no ya entre jugadores), automáticamente el partido se detiene y se procede a realizar la reunión de análisis

4) Acto seguido se procederá a la reunión del tribunal de disciplina. Este estará conformado por una persona por equipo y será presidido por el operador que esté a cargo.

Este tribunal procederá, previa discusión, a poner la pena la pena a el / los jugadores o equipos involucrados.
Finalmente, conviene destacar ciertos aspectos que hacen al valor terapéutico de este taller.

1) El mismo está dirigido a romper el estereotipo del “residente autómata” que llega a una CT y milagrosa mente toda su agresividad queda trastocada en “corrección y buenas costumbres”. Creemos que de esta manera obligamos al residente a mostrar sus aspectos hostiles, poco solidarios y agresivos en general, para poder trabajarlos no ya en su reinserción, sino en el comienzo mismo de su tratamiento.

2) Si bien es cierto que esta hostilidad podría ser difícil de manejar por su intensidad, es esa misma cualidad lo que la hace primordial para trabajar psicoterapéuticamente
3) Con el sujeto adicto en muchos casos conviene intentar abordar lo psicoterapéutico por caminos no tradicionales, pues en estos casos la persona parece haber creado una especie de anticuerpos. Esto dicho, por supuesto, como metáfora, para dejar en claro esta capacidad de mimetización que a nuestro entender tiene el sujeto drogadependiente.

4) Es imprescindible que el operador o psicólogo que se encuentra afuera tome a modo de crónica lo relacionado con la conducta del sujeto en el partido, no sólo sus
actos hostiles sino su pasividad, su verborragia, su mutismo, su ausencia, su solidaridad, su individualismo, etcétera. Esto debe unirse con la historia que el sujeto nos trajo inicialmente y con los supuestos que el equipo psicoterapéutico tenga sobre el mismo.

5) Creemos que este taller tiene muchas más posibilidades, que iremos desgranando con su desarrollo mismo.