Dentro de lo que ya hemos mencionado como una problemática de entrecruzamiento como es la drogadependencia, ocupa un lugar importante lo familiar. En este caso, y sólo con el fin de tomar tres aspectos importantes, abordaremos:

I)Las teorías con respecto a la implicancia familiar, II)Momentos de la participación familiar en una comunidad terapéutica y III)Modelos de familias en tratamiento en comunidad terapéutica.

  1. Las teorías

Existen al menos tres grandes corrientes en cuanto a las razones que se dan en referencia a la implicancia de éstas en la problemática adictiva.

  • Las teorías culpabilizantes: en ellas se advierte cierta necesidad de encontrar en la familia la causa casi absoluta de la patología, y son los que expresan esto diciendo:” La familia elige a uno de sus miembros y lo designa…” Podríamos decir que la teoría del doctor Enrique Pichon Rivère sirve a esta corriente como basamento teórico, aunque en el fondo no fue exactamente esto lo sostenido en los escritos de tan importante psiquiatra argentino.
  • Las teorías añorantes: son aquellas en las que se sostiene que la revolución industrial y el liberalismo a ultranza han hecho perder a la familia tradicional, con sus roles tan establecidos y claramente determinados. Se añora esta otra época donde todo funcionaba supuestamente bien. Se menciona algo así como “la revolución industrial transformó a la familia…”. Esta corriente está cercana a ciertas posiciones moralistas y con cierta tendencia al sociologismo.
  • Las teorías pulverizantes: en éstas se deja entrever una idea de que sólo alejándose del sujeto de esa “familia enfermante” podría emerger de su patología adictiva. Este tipo de teoría con respecto a la familia, es sostenida por cierto tipo de instituciones que operan en comunidades de vida. También entre sus argumentos se dice que “el índice de recaídas mayor se da en sujetos que vuelven a su familia primaria después de su tratamiento…”. Podríamos asimilar, sin que esto sea exactamente así, estas teorías a las que sostienen en términos generales los pensadores de la antipsiquiatría.

Como está visto, estas tres corrientes ponen un acento especial sobre la familia como piedra angular en la patología adictiva. Por nuestro lado, como siempre sostuvimos, esta patología psicosocial es un punto donde se entrecruzan lo individual, lo familiar, lo social y de ningún modo es la suma de éstas ni mucho menos existe la supremacía de ninguno de estos tres espacios.

Más bien, creemos que en el campo de la salud mental todavía no se ha salido de cierto psicologismo que ha pretendido encontrar sólo en el sujeto o su familia en “emporio de todos los males”, sin advertir que los tiempos han cambiado sustancialmente y hoy, a causa de esta invasión mediática que soportamos y la globalización en lo económico, existe una mayor internalización del sujeto ante lo que se advierte como demasiado difícil de gobernar. No es ya un sujeto con un yo débil el que cae en las garras de la droga u otra patología social, sino que podríamos mencionar a modo de metáfora que la sociedad toda tiene un yo débil que la hace más propensa a cualquier enfermedad social.